sábado, 30 de marzo de 2019

El prisionero solo esperaba la muerte agazapado en su celda.
El motín había resultado sangriento y los cadáveres abundaban.
Su compañero de celda entró andando despacio y lo miró sonriendo.
-¿Es buen momento para un trato?
-¿Qué me ofreces por mi alma?

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